El vino ha sido un producto masivo en Argentina y se estima que 7 de cada 10 personas lo compran al menos una vez por año y 5 de cada 10 lo consumen habitualmente en el país. Lo anterior representa que el 35% de los 41,5 millones de habitantes de esta región, son compradores de este producto.
A pesar de ser éste un producto tan predilecto en los hogares argentinos, actualmente ha tenido una decadencia, en parte debido a las fuertes resacas que trae consigo el consumo masivo de esta bebida. Ante este panorama, científicos del Instituto de Ciencias Ambientales de la fundación PROSAMA y del INV, han desarrollado una iniciativa para crear un vino totalmente innovador, el cual no genera ningún malestar y no presenta efectos segundarios.
Según el líder del proyecto, el doctor Jorge Herkovits, los sulfitos que se emplean para inhibir el crecimiento de microorganismos indeseados, son los que producen estas fuertes resacas, alergias y demás complicaciones. “Para este producto se han realizado algunos estudios en el laboratorio, donde logramos reducir en forma significativa los sulfitos a través de un procedimiento basado en la nanotecnología” manifestó el especialista.
Para esta iniciativa el grupo de científicos emplearon nanopartículas de plata, las cuales son las que permiten recrear las propiedades de los sulfitos para la producción de vinos. Este mismo procedimiento también se ha venido realizando en el Instituto Nacional de Vitivinicultura, bajo la dirección de Humberto Manzano.
“Se desarrolló dos estrategias para sacar esas nanopartículas del vino, puesto que el valor máximo admitido de plata por la Organización Mundial de la Salud, es de 0,1 miligramos por litro. El primer procedimiento consistió en agregar hierro a las nanopartículas de plata, para luego extraerlas mediante un campo electromagnético. Pero su costo a gran escala en bodegas es alto” explicó Herkovits.
El segundo método realizado por el equipo, se basó en la creación de un complejo de nanopartículas de plata a través de un caolín, es decir un silicato de aluminio hidratado que funciona como producto de la descomposición de unas rocas específicas. Con este elemento, se logró la extracción de estas nanopartículas después de la fermentación mediante un simple filtrado del vino: “estamos evaluando la posibilidad de reutilizar el complejo y por último recuperar la plata cuando ya no resulte eficiente para producir este producto”, aseveró Herkovitz.
Ahora bien, esta iniciativa se ha venido desarrollando en Buenos Aires, la cual ha sido financiada por la Fundación Argentina de Nanotecnología, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del país.
“El objetivo de este proyecto innovador es aportar un valor agregado que permita posicionar el producto como uno de los mejores en el mercado de viñedos”, concluyó Herkovits. Este equipo creador presentó los avances de este proyecto en la quinta edición de Nanomercosur 2015, llevado a cabo por FAN, donde obtuvieron gran acogida y buen reconocimiento por esta propuesta innovadora.