Valentín Gálvez Salas, estudiante de Ingeniería Química de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, BUAP, desarrolló una maquina con la capacidad de convertir las botellas de plástico en gasolina y también logra transformar el aceite de cocina en biodiésel.
Los combustibles producidos por la máquina pueden sustituir los combustibles fósiles, los cuales son usados comúnmente en los vehículos de servicio de transporte público. Una de las ventajas al usar la gasolina elaborada por el universitario es la reducción en la contaminación en el medio ambiente.
Gálvez manifestó que “tan sólo en la ciudad de Puebla el PET representa alrededor de un 13% de los residuos totales que se generan por mes, cantidad que podríamos reutilizar para la producción de combustibles que disminuyan las emisiones de CO2 en la atmósfera”.
Según el joven innovador esta máquina fue desarrollada con el fin de crear una empresa con el nombre de EMISIÓN MX, la cual se inició con el apoyo del Centro de Innovación y Competitividad Empresarial (CICE) de la BUAP.
Actualmente ya posee tres productos listos para ingresar al mercado, estos son: aditivo para diésel, biodiésel premium y biodiésel estándar.
Gálvez señaló que “la máquina tiene la capacidad de producir hasta 400 litros de biodiésel por hora, y durante un periodo de ocho horas de trabajo continuo se obtendría el combustible suficiente para abastecer a 40 unidades de transporte público, asimismo el sistema de producción es escalable para una mayor producción”.
El funcionamiento de la maquina se basa en su reactor de pirolisis, por este se concibe la descomposición del PET, dando como resultado un nuevo compuesto, el cual se concibe como una fuente de energía para automotores.
El joven señaló con detalle que para la producción de biodiesel se deben tener en cuenta cinco pasos:
1. Se realiza una mezcla con aceite, alcohol, metanol y sosa caústica.
2. Se debe guiar la mezcla por medio de unas bombas, esta sube y baja hasta llegar a un tanque de almacenamiento.
3. El compuesto pasa a un horno que posee temperaturas desde 100 a 150 grados.
4. Después de calentarse, la mezcla pasa a un mezclador estático y de allí a un tanque de reposo.
5. Se realiza la separación del biodiésel y la glicerina.
Como estadística el estudiante manifestó que por cada litro de aceite se obtiene un litos de biocombustible y 200 mililitros de glicerina, ésta última la reutilizan para el debido funcionamiento del horno de pirolisis.
Este procedimiento logrará la reutilización de las 15 a 20 toneladas de aceite desechado al mes por los restaurantes de la ciudad, señaló Gema Carreto Arámburo, investigadora de la BUAP y asesora del proyecto.
Agregó que como antecedentes de este proyecto en el año 2014 lograron obtener el primer lugar en la categoría Tecnología Media del Primer Concurso Estudiantil de Innovación Tecnológica, organizado por la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento, DITCo.
La investigadora manifestó que a partir de ese logro “continuaron haciendo investigación para mejorar el funcionamiento de la máquina, hasta llegar a esta segunda etapa que consiste en la producción de combustible a partir del PET”.
Como paso a seguir esperan utilizar la máquina en la universidad para proveer el combustible necesario para el servicio de transporte de la institución.