Desde el mes de julio, en México, se ha trabajado en la creación del primer robot de extremo balance, que ofrecerá tareas de rescate ante los desastres naturales. Este prototipo podrá ser fabricado a finales del 2017, gracias al apoyo financiero de la compañía Google.
Esta iniciativa, ha sido creado por Hiram Eredín Ponce de 31 años de edad, quien el 24 de agosto fue ganador del Premio a la investigación de Google para Latinoamérica. Esta entidad le ofrecerá el financiamiento de su prototipo, el cual será desarrollado por medio de una transferencia de aprendizaje con un método que se llama redes de hidrocarburos artificiales.
Según Ponce, para la elaboración del Robot, se probará este método en diversas problemáticas para convertirlo en un lenguaje máquina y poderlo aplicar a un primer robot que ya desarrolla, el cual aprenderá cómo balancearse.
“Este método proporciona características de computación muy importantes y necesarias para el prototipo, una de ellas es su versatilidad, la cual puede resolver problemas de diferentes ámbitos. De igual forma, para este proyecto se utilizarán dos robots, el primero tendrá dos llantas y será dotado con inteligencia artificial para que aprenda a balancearse, luego éste pasará dicha información a otro robot que contará con cuatro llantas”, señaló Ponce.
El segundo robot será entonces, quien realice las tareas de rescate en lugares donde se presenten algún tipo de siniestro. Allí el prototipo contará con una estrategia de balance, para que, al caminar sobre escombros, estructuras débiles, vigas muy delgadas, entre otros, no vaya a caer y tener dificultades.
“Desde el punto de vista de la dinámica o la física que involucra ese robot ha sido muy poco estudiado, queremos aplicar esta técnica de pasar información ya que uno aprendió a hacer la actividad de balancearse para ver si el segundo robot puede hacer lo mismo”, añadió.
La primera etapa del proyecto consiste en construir el primer robot donde pondrá inteligencia artificial para que automáticamente se balancee. En la segunda fase se realizará la simulación de ambos robots en computadoras, para ver si el método es capaz de transferir el conocimiento, y finalmente se implementará para después afinar y analizar los resultados obtenidos.
El reto más importante para el creador, es codificar los prototipos para suministrar un balanceo exitoso. Ponce asegura que: “No tenemos indicios de que alguien más haya estudiado algo con esas características, entonces nos resulta difícil analizarlo desde el punto de vista matemático; esta estrategia reduciría el costo y el tiempo que nos llevaría poder hacer todo el análisis completo en el robot”.